jueves, 27 de septiembre de 2012

La imagen exterior

A veces un país es lo que transmite. La economía de España, al igual que su población, es la quinta más grande de la Unión Europea, y en términos absolutos en 2010 era la decimocuarta economía a nivel mundial.

Desde el final de la crisis de principios de los años 90 del siglo XX, la economía española tuvo más de una década expansiva de crecimiento sostenido. Sin embargo, desde 2008 la economía española ha sufrido decrecimiento dando paso a un largo período de recesión (2008-2012). Para 2012, el gobierno de España calculó una contracción del PIB, con una fuerte disminución del gasto de las Administraciones Públicas y un decrecimiento del consumo privado, arrastrado por la reducción del empleo y de las rentas salariales y la inversión. Esto contrasta con el aumento de las exportaciones, en parte, debido a una fuerte reducción del mercado interno. Pero de cualquier manera, posiblemente el mayor problema a día de hoy en España es el de la caída de los ingresos del Estado, y , por lo tanto, la necesidad de acudir al exterior para hacer frente a los gastos del Estado. Pues bien, parte de esa financiación España la tiene que realizar en los mercados de deuda, eso sí, pagando por ella un alto interés.
Aquellos nacionales o extranjeros, que invierten en el mercado de deuda española lo primero que buscan es estabilidad. Si un país no es estable política y económicamente, no es rentable, pues no es de fiar. A mayor intranquilidad, mayor dificultad para colocar la deuda con la que se financian los gastos de un Estado, sobre todo cuando los ingresos en el mismo, se han reducido debido a la actual situación de crisis. España, un mercado, tradicionalmente, considerado serio, un buen pagador de sus deudas, últimamente no está dando muestra de serenidad ni de formalidad. No es precisamente tranquilidad lo que transmite España. Algunos acontecimientos cercanos en el tiempo que ha recogido la prensa internacional nos alejan de esa privilegiada posición que presentaba la economía española en 2010. Por ejemplo la prensa inglesa, el Financial Times, ha relatado durante el verano como se han producido asaltos a distintos establecimientos por parte de algún que otro político – que ha sido presentado como un nuevo Robin Hood- y sus mesiánicos seguidores. No, eso no da sensación de estabilidad.  
Que la imagen de España para el dominical de un supuesto y prestigioso diario francés “Le Monde” de una tertuliana televisiva, nos es precisamente una imagen brillante de la sociedad española, más aún cuando la prensa la tilda como “princesa del pueblo”.
Una exposición fotográfica sobre la austeridad y el hambre en España realizado por un diario estadounidense, el New York Times, contribuye a trasladar a la opinión internacional una imagen tercermundista, que dista bastante de lo que realmente es, aunque las imágenes sean reales, por muy mal que estemos - que lo estamos- a día de hoy.  
Que una parte del Estado español, se manifieste contra ese Estado tampoco tranquiliza mucho. Por último, el intento de rodear y tomar el Congreso de los Diputados por parte de un coordinadora el pasado 25 de septiembre y el posterior enfrentamiento con las fuerzas de seguridad de Estado no es precisamente una imagen alentadora.
No, la decimocuarta economía mundial no llega a transmitir la sensación de estabilidad, de cohesión, de unidad y lo que más le interesa a los que invierten en España, seriedad.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Una cuestión de clase

El pasado viernes cuando hablábamos en clase de la singularidad geográfica de España, una compañera planteó una cuestión que tiene que ver con la manifestación que tuvo lugar el día de la Diada de Cataluña sobre la permanencia futura o no de este territorio dentro del estado español.
Las razones planteadas por el actual ejecutivo catalán y por parte de la sociedad catalana son de índole cultural, histórica, pero también económica. Esta última razón es la que realmente parece tener más peso a día de hoy. A esto se le suma la situación de crisis económica que afecta a la totalidad del estado español, con tasas de desempleo desorbitadas, especialmente en Andalucía, y con una situación de endeudamiento especialmente relevante en el caso catalán o valenciano, pero también en Murcia o en Andalucía. 

Lo que alega el ejecutivo catalán de manera más vehemente es la existencia de un desfase en la balanza fiscal, según la cual Cataluña aporta más al Estado español y porcentualmente recibe menos. El deseo del Gobierno de Artur Mas es establecer un nuevo marco fiscal, similar al que tienen el País Vasco y la Comunidad Foral de Navarra, con en el que ellos – con una Hacienda propia- recaudarían lo que en este territorio se produjese, y posteriormente, entregaría una parte - la que se negocie- al estado español. En el fondo, lo que se pone en duda es la aportación de los ingresos generados en Cataluña y que tienen como destino otras comunidades menos desarrolladas económicamente. En otras palabras, lo que se pone en duda es la solidaridad entre las comunidades españolas. Por otro lado, algunos catalanes defienden que Cataluña podría vivir sin ningún problema sin el mercado español, más ahora que con la brutal crisis que padecemos, ya que parte del tejido empresarial español tienen una capacidad de negocio limitado. 

Por otro lado, los catalanes afirman que la voluntad de parte del pueblo catalán es la secesión de Cataluña. Para ello defienden lo que se conoce como el derecho de autodeterminación y la voluntad expresada en la calle de miles de catalanes. En este sentido, como mínimo hay dos problemas. El primero es que la constitución española no reconoce el derecho a la autodeterminación de una parte de su Estado. Esto, si se hiciera unilateralmente por parte de las autoridades catalanas, supondría su inmediata exclusión de la Unión Europea, puesto que el país miembro de la UE es España como Estado, no admitiéndose a una parte separada del mismo, con lo que tendrían que seguir el protocolo de admisión a la Unión Europea ( criterios de Copenhague, incluidos) por lo que su entrada en la misma se demoraría muchísimos años, como ha ocurrido con todos los países que han accedido a la UE (además, tendría que ser aceptada por unanimidad y eso parece harto difícil). En segundo lugar, habrá que reconocer que fueron miles, posiblemente, un millón de catalanes los que salieron a la calle el pasado 12 de septiembre, pero en Cataluña viven otros seis millones de personas que no han salido a la calle. ¿Se debe de ignorar a la mayoría silenciosa de una parte de ese territorio?
Curiosamente, días antes de la manifestación de la Diada el ayuntamiento de un pueblo barcelonés, el de Sant Pere del Torelló aprobó una moción por la que se declaraba “territorio catalán libre” e instaba al Parlamento de Cataluña para que votase una declaración unilateral de soberanía nacional de Cataluña en el plazo de dos meses, convocando un referéndum. Creo que es preciso la confusión conceptual está entre la idea de "independiente" y la de "libre". 

Las cuestiones a la que debéis de responder son las siguientes. Además de las razones que en esta entrada se plantean - básicamente las económicas y las políticas-, existen otras históricas y culturales. Explícalas. Igualmente ¿tendría viabilidad un Estado catalán independiente? Si hubiese un referéndum ¿qué porcentaje debe ser bueno para validarlo? ¿Qué ocurriría con aquellos que no se sienten nacionalistas?

viernes, 21 de septiembre de 2012

Noticias de prensa

Desde finales del mes de agosto nos hemos ido informando a través de los distintos medios de comunicación de la ocupación que han ido realizando personas procedentes de Marruecos y de otros lugares de territorios españoles que nos eran prácticamente desconocidos para gran parte de la ciudadanía española. Entre esos territorios se encontraban la isla de Tierra, e incluso hubo un intento de ocupar el Peñón de Alhucemas o el Peñón de Vélez de la Gomera. 

Estos territorios, al igual que la isla de Perejil, se encuentras en zonas cercanas a los dos principales enclaves norteafricanos de soberanía española como son Ceuta y Melilla. La historia tiene una explicación para los mismos. Hemos explicado en clase que España tiene bajo soberanía una serie de pequeños territorios frente a las costas de Marruecos que en ocasiones han sido vías para la entrada ilegal de inmigrantes o escenario de tensiones con el país vecino. 

En algunos de estos islotes y desde hace bastantes años hay una reducida presencia militar, aunque en otros no son objeto de vigilancia especial por parte de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, de una manera poco visible la Guardia Civil mantiene, como digo de forma discreta, su control en la zona, dentro de su dispositivo de lucha contra la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. 

Uno de esos territorios es el Peñón de Vélez de la Gomera, que se encuentra situado a algo menos de cien metros de la costa marroquí. Tiene 77 metros de altura por 200 de base. Los españoles se asentaron en este peñón en 1508, once años después de hacerlo en Melilla, al mando de don Pedro Navarro y durante el reinado de Fernando el Católico. Tras varias escaramuzas y sitios, el peñón volvió a manos rifeñas en 1522. Tres años después, 1.500 soldados españoles fracasaron en sus intentos de reconquistarlo. Felipe II envió, en 1564, 93 galeras y 63 buques menores, fletados por España, el Papa, los Doria, Malta y Toscana, con un total de 9.200 soldados, llamados a una nueva cruzada.
Desde esa fecha,1564, se mantuvo en poder de España. Las Cortes de 1872 propusieron su abandono "por carecer de importancia militar", pero evidentemente no se ha producido esto. 


Otro de estos territorios son las islas Chafarinas. Situadas a unos cuatro kilómetros al norte de Cabo de Agua y a menos de cuatro kilómetros de la costa marroquí. El archipiélago se compone de tres islas: del Congreso, de Isabel II y del Rey.
Vista aérea de las islas Chafarinas y de la distancia que las separa de la costa de Marruecos
Pese a que la isla del Congreso es la mayor, sólo está habitada por militares la de Isabel II, que se halla en el centro y cuenta con un pequeño pero accesible puerto. En la Isla del Rey sólo quedan de él algunos bloques de piedra sumergidos que sirven de refugio a diferentes especies. A comienzos del siglo XX las Chafarinas llegaron a tener más de dos mil habitantes y en la actualidad Legionarios y Regulares de Melilla se turnan en las islas. 

También frente a las costa de Marruecos se encuentra el Peñón de Alhucema (o Alhucemas). Conquistado por España en 1673, se encuentra a unos dos kilómetros de Marruecos. Con 1,2 kilómetros de extensión, está habitado fundamentalmente por miembros la guarnición española. 

Peñón de Alhucemas, al fondo las costa de Marruecos

La isla de Alborán, que se encuentra entre la costa granadina-almeriense y la del norte de África, presenta 5 kilómetros cuadrados de extensión, se sitúa a 56 kilómetros al norte del cabo de Tres Forcas, en Marruecos) y a 90 kilómetros al sur de Adra (España). Es usada como refugio por pescadores y en la década de los ochenta la isla albergaba una guarnición de Infantería, pero hoy queda allí sólo un pequeño destacamento militar español. Últimamente se ha convertido en destino de pateras con inmigración ilegal.


Uno de los islotes que más tensión ha producido es el del Perejil, cercano a Ceuta. Con una extensión de 1,5 kilómetros cuadrados y a 200 metros de la costa marroquí, es español desde 1668. En julio de 2002, un grupo de gendarmes marroquíes lo invadían, iniciando un conflicto que el Gobierno de José María Aznar zanjó seis días después con una acción militar.
Más representativas por población y extensión son dos los grandes enclaves: Ceuta y Melilla. La ciudad autónoma de Ceuta se incorporó a la soberanía española en 1581, cuando Felipe II reinaba en España y Portugal. Tras la independencia de Portugal, los nobles ceutíes solicitaron seguir perteneciendo a la Corona Española, lo que fue confirmado en el Tratado suscrito por España y Portugal en 1668. El 26 de abril de 1860 España y Marruecos firmaron el Tratado de Tetuán, que fijó los límites de la soberanía española sobre Ceuta, confirmado posteriormente por la Declaración de Londres y el Convenio hispano-francés, de 1904 y 1912, respectivamente.
La ciudad autónoma de Melilla, por su parte, se incorporó a la Corona española en 1497. En 1859, España y Marruecos firmaron un Tratado que fijaba los límites de la soberanía española en la distancia alcanzada por un cañón de 24 centímetros. Marruecos ha mantenido desde el siglo XVII la reivindicación de su soberanía. Desde hace varias décadas el Reino de Marruecos reclama para su soberanía estos territorios.

Señalan las autoridades marroquíes que si España reclama para sí la titularidad de Gibraltar en manos  británicas desde 1705, y reconocidas oficialmente desde 1713 en el Tratado de Utrecht como territorio de soberanía británica, ellos tienen derecho a reclamar la posesión de los enclaves norteafricanos de España. Como vemos visto, si nos referimos a la historia los enclaves norteafricanos y los islotes son indudablemente españoles, pero ¿lo son desde el punto de vista geográfico?. Si fueses ceutí o melillense ¿qué pensarías?, ¿Por qué?

martes, 18 de septiembre de 2012

Narrativa y geografía

El pasado curso escolar iniciamos nuestro blog de reflexión geográfica con una entrada titulada España, piel de toro. En el mismo se hacía referencia a la forma que presentaba la península ibérica para Estrabón, un geógrafo griego, que vivió durante el siglo I a. C. 
" ...Se parece [Iberia] a una piel de toro (de buey) tendida en el sentido de su longitud de Occidente a Oriente, de modo que la parte delantera mire al Oriente, y en sentido de su anchura del septentrión al Mediodía."
  Estrabón, siglo I a.C.
Estrabón consideraba que era necesario asimilar una forma (cuadrado, círculo...) a cada región descrita. Para el caso de la Península Ibérica la piel de un vacuno (un toro, por ejemplo) marcaban la existencia de cuatro puntas correspondientes a cuatro extremidades y una punta más correspondiente con el cuello, es decir, cinco puntas equivalentes a cinco cabos de la península.
Las referencias en su obra sobre el aspecto o forma de la Península Ibérica se repite en varias ocasiones:
 “...en cuanto a la forma es suficiente con representarla con alguna de las figuras geométricas (...) Iberia mediante una piel de toro...” (II 1 30).

 “Por países el primero de todos desde Occidente es Iberia, semejante a una piel de buey cuyo cuello se prolongaría en la vecina Céltica...” (II 5 27).

“Iberia se asemeja a una piel de buey extendida a lo largo de Oeste a Este, con los miembros delanteros en dirección al Este, y a lo ancho de Norte a Sur” (III 1 3).

Para volver a presentar una entrada me vuelve a remitir no sólo a la forma, sino también al nombre del Estado en que vivimos, y para ello me remito a una novela. Para mí, la narrativa es un placer. Durante el curso leo bastante, sin embargo, el verano es la mejor época para la lectura. Entre los libros que me he leído este verano destaco uno escrito por un Uslar Prieti, un escritor venezolano que recibió en 1990 el Premio Príncipe de Asturias de la Letras. El protagonista de esta obra es Don Juan de Austria. En la misma, que tiene como título “Viaje en el tiempo” aparecen – aparte del protagonista- muchos personajes históricos que existieron durante los reinados de Carlos V y Felipe II. Os relato el comentario que uno de ellos, Don Diego Hurtado de Mendoza, un personaje cercano al Emperador Carlos V tanto en las labores de la Corte, como en el Gobierno, en las Embajadas, o junto al Papa, sobre Italia y los Países Bajos, le hizo al protagonista de la obra y que tienen que ver con este primer tema. 

Uslar Prieti nos relata lo siguiente: “Sentía ansiedad y alivio en oír de Don Diego el maravilloso cuento de los orígenes de España. El primer conquistador de España fue Baco, a quien, por otro nombre, llamaban Libera. (Su objetivo era…) completar la conquista del mundo en Occidente. Con él vinieron los persas, iberos y fenicios, naciones de Oriente. Se llamaba también Dyonisio. Traía un capitán que se llamaba Luso, de donde viene Lusitania, y un secuaz llamado Pan, hombre áspero y rústico; éste fue el que le dio el nombre a toda España. "Panios" quiere decir cosa de Pan, el "hi" es el artículo, de modo que "Hispano" es lo mismo que tierra de Pan. También vino dos veces el que dicen Hércules. De allí viene el nombre de Sevilla, de la segunda vuelta de Hércules, "palin" quiere decir en griego otra vez y "li" el artículo, de allí salió "Hispalis".» 

A lo largo de la historia, a la Península Ibérica se le han asignado diferentes nombres. Ya en el curso pasado - como veréis en aquella entrada- les pregunté a vuestros compañeros/as qué era para ellos España. Ahora además de preguntar lo mismo, amplio las cuestiones, ¿cuáles son esos cuatro cabos?. Y otra más,  ¿cuáles son las otras explicaciones que se han dado sobre el origen del nombre de España, o sobre el origen de los topónimos Iberia e Hispania?.