miércoles, 29 de abril de 2015

La deslocalización en la actualidad


En esta etapa las nuevas circunstancias internacionales imponen otro tipo distinto de industrias. Estas circunstancias son la globalización y la integración de España en la UE que elimina los aranceles interiores, las ayudas masivas a las empresas y los monopolios. 
La globalización ha hecho que aparezcan nuevas inversiones extranjeras a través de las multinacionales, pero también que emigren industrias hacia los países con mano de obra más barata, fenómeno conocido con el nombre de deslocalización. Un ejemplo, ha sido la reubicación de la empresa Samsung que cerró su fábrica de Barcelona para instalarse en Eslovaquia. 
La deslocalización: Se buscan menores costes laborales pero también mejores condiciones fiscales y logísticas -la búsqueda de mayor competitividad- son el escaparate y las principales razones por las que las empresas se van ahora a países emergentes del Magreb, Europa del Este, y a China. Fueron los mismos argumentos que motivaron su llegada a España hace más de dos décadas.
De ahí que la deslocalización afecte a sectores muy diversos del tejido industrial español, aunque el textil y los componentes de automóvil se llevan la peor parte. 
En España se pueden distinguir actualmente dos modelos de industrias: las industrias tradicionales maduras con procesos de reconversión y las nuevas industrias con nuevas actividades que se aproximan al sector terciario. 
En esta nueva etapa se exige que aumente la productividad, mejore la tecnología y las inversiones y que los trabajadores estén mejor formados. Aunque la reestructuración industrial no ha terminado y la crisis sigue afectando a muchos sectores maduros, puede decirse que, tras ella, se abre una nueva fase marcada por los cambios que ha supuesto la tercera revolución industrial. Esta se basa en la innovación (aplicación de los nuevos conocimientos proporcionados por la investigación a la mejora de los procesos productivos, a la obtención de nuevos productos o a la mejora de la gestión) y en las tecnologías de la información (informática y telecomunicaciones), cuya materia prima inagotable es la microelectrónica. 
El fomento del desarrollo industrial armónico en el conjunto del país, y en particular, el de las regiones con especial situación de desempleo industrial y problemas de deslocalización o desinversión, promoviendo en ellas actuaciones de reindustrialización.
En 2006 se publicó una convocatoria general de Ayudas para reindustrialización, así como varias convocatorias específicas destinadas a zonas afectadas por procesos de deslocalización de los sectores textil, confección, calzado, juguete y mueble y a las comarcas de Campo de Gibraltar, El Ferrol, margen izquierda del Nervión y provincias de Soria, Teruel y Jaén.

Estas nuevas tecnologías y sus aplicaciones en el campo de la industria, han dado lugar a cambios en la estructura y en la localización industrial. En esta tercera revolución industrial han aparecido una serie de cambios relacionados con la importancia de las tecnologías de la información. Estos cambios se refieren a la producción (telemática, automatización instrumentos de precisión), la estructura industrial (descentralización, flexibilización, cambios en el empleo industrial y terciarización de la industria), los cambios en la localización industrial (concentración en las llamadas áreas centrales o parques tecnológicos), los cambios en la política industrial (tendencia a la menor intervención del estado o el fomento de la industrialización endógena) y la preocupación por las cuestiones medioambientales. Los avances de la tercera revolución industrial están permitiendo la recuperación de la industria en los países desarrollados a pesar de la pérdida de empleo industrial y de las crisis de las industrias tradicionales, que están siendo sustituidas por las llamadas industrias punta, es decir, aquellas que necesitan una alta tecnología y unas altas inversiones. 
Pero con los cambios internacionales - globalización (incluida la deslocalización) y ampliación de la UE, el tejido industrial español está perdiendo peso y está siendo sustituido por el protagonismo de dos grandes actividades: el turismo y la construcción. 
La nueva estrategia de desarrollo industrial española trata de incidir en la productividad total de los factores mediante actuaciones relacionadas con sus principales variables determinantes como son la dotación de infraestructuras, la calidad del capital humano, la inversión en I+D+i y el entorno competitivo de los mercados de bienes y de trabajo.
"¿Qué medidas está tomando la Unión Europea para evitar la deslocalización de las empresas comunitarias en Asia u otras regiones, que están quitando puestos de trabajo a los europeos que necesitan en estos momentos mantener a sus familias?", pregunta André, desde Alemania. Viviane de Beaufort, profesora y codirectora del Centro Europeo de Derecho y Economia ( ESSEC ): "¿Qué entendemos por deslocalización?. Porque hay bastantes ideas preconcebidas en Francia y en el sur de Europa. Cuando el grupo francés Lafarge crea una fábrica para producir cemento para la construcción de edificios en la India, no es una deslocalización. Se trata de un despliegue de su actividad, de crecimiento, y eso no quita nada a Europa ni a Francia. Sin embargo, cuando Renault decidió, por razones económicas, trasladarse al este, sí efectivamente hay un riesgo de deslocalización que implica una pérdida de la producción, una pérdida del volumen de negocio, una pérdida fiscal y también un problema de empleo. 
 ¿Pero cómo podemos evitar que una empresa quiera, dentro de la competencia mundial, que es cada vez más fuerte, deslocalizar sus actividades?. ¿Qué hace Europa? Bueno, pues no ha hecho mucho por la sencilla razón de que no está autorizada para hacer muchas cosas. 
La política industrial, la política de educación superior, la política en materia de investigación y desarrollo son políticas que se han quedado en manos de los Estados miembros. La cuestión es saber cuáles son los sectores del futuro. No vale la pena intentar retener sectores de actividades de bajo coste y donde no vamos a ser nunca competitivos porque no jugamos con las mismas reglas. Europa tiene muy buenas ventajas en términos de estabilidad política, marco jurídico, normas y población educada.
Y es en ese campo donde debemos apostar: la biotecnología, las altas tecnologías que aportan valor añadido y hay que dejar los otros sectores. Así que siempre es un proceso doloroso, sobre todo cuando no estaba previsto, es responsabilidad de nuestos gobiernos hacer eso y hay que articularlo a nivel europeo ya que será más fácil en esos casos". 



lunes, 27 de abril de 2015

Reconversión industrial de los 80

Para el año 1984 hay una mesa instalada en el salón de columnas del palacio de La Moncloa, con José María Cuevas, el presidente de la patronal, a su derecha, y Nicolás Redondo, el secretario general de la UGT, a su izquierda, Felipe González respira hondo y estampa su firma al pie del documento que sella el pacto tripartito sobre el Acuerdo Nacional de Empleo. Detrás de los tres protagonistas se sientan el superministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer; el titular de Industria, Carlos Solchaga, y una amplia representación de la CEOE y del sindicato socialista. Sólo falta Comisiones Obreras, que no está de acuerdo con los resultados de las larguísimas negociaciones y prefiere quedarse al margen de la foto oficial, en el inicio de un frío otoño. 
El Gobierno cree poner fin de esta manera a un duro año de tensiones y protestas en el sector industrial. La cirugía de la reconversión diseñada por Carlos Solchaga y su equipo, y bendecida por el superministro Boyer, ha hecho que las manifestaciones y enfrentamientos se extiendan desde Vigo a Cádiz, y desde El Ferrol a Sagunto. 
Los choques entre trabajadores y fuerzas de seguridad son tremendos y colocan al primer Gabinete socialista en una difícil encrucijada. Prometieron electoralmente crear 800.000 puestos de trabajo, y la promesa se antoja imposible de cumplir. No sólo eso, la crisis se extiende por todos los sectores y los recortes de plantilla y de actividad son dramáticos. 
Se quiere entrar en la Comunidad Europea a cualquier precio, y los futuros socios ponen condiciones draconianas a España. El desmantelamiento industrial arroja al paro a 100.000 trabajadores, iniciando el camino de la reconversión. Para que en 1998, Astilleros Españoles, que en 1984 contaba con cerca de 25.000 trabajadores, apenas cuenta en la actualidad con 5.000; y el sector que mantuvo el tercer puesto mundial, por detrás tan sólo de Japón y Suecia, está a punto de ser desmantelado. 
En el sector siderúrgico ocurre a partir de ese maléfico 1984 otro tanto. Las reconversiones llevan al paro y a la jubilación anticipada -con el coste añadido que tiene para las finanzas públicas- a miles de personas. La violencia en las calles acompaña a la desesperanza en miles de familias. 
El 16 de enero de ese año, como preludio de los 12 meses que van a venir a continuación, los 1.500 trabajadores de los astilleros de Ascón se enfrentan a la policía. El 2 de febrero, medio millón de personas secunda la jornada de protesta convocada por CCOO y ELA-STV en protesta por la reconversión industrial. 
La negra herencia de los años 70 se hace sentir en toda su plenitud. En Galicia, Asturias, Comunidad Valenciana y País Vasco 650.000 personas se ven afectadas por la política de drástica cirugía industrial que impulsa Carlos Solchaga, el hombre que a mediados de 1985 asumirá todo el poder económico en el Gobierno tras la dimisión de su amigo y compañero, Miguel Boyer. La reconversión que los dos defienden, así como el futuro industrial que ven para España dentro de la Comunidad Europea, hace que dentro del Gabinete que dirige González y del propio PSOE surgan  discrepancias 
Para Boyer, y sobre todo para Solchaga, la titularidad de las empresas no importa, y nuestro país no puede, ni debe competir con el resto de las naciones europeas en los grandes temas industriales. Su futuro está en el sector servicios, y dentro de él, el turismo, donde tampoco se apuesta por contar con una gran multinacional que nos libere de la tiranía y los bajos precios de los tour operadores. La reconversión industrial le cuesta al Estado un billón de pesetas de forma oficial, y dos de fondo real; con el añadido de medio billón que sale del sector privado. Visible en la película Los lunes al sol.









En cuanto a sus resultados, puede afirmarse que la reducción de empleo superó las previsiones y afectó principalmente a las ramas metalmecánicas y a las grandes empresas, mientras que muchas pyme afectadas por agudas crisis, quedaron excluidas. La reindustrialización o recomposición del tejido industrial de las zonas afectadas por la reconversión supuso la modernización tecnológica de los sectores que, sometidos a reconversión, presentasen una clara viabilidad y la creación de nuevas actividades que diversificasen la industria de zonas hasta entonces muy especializadas y generasen empleo. Para ello se crearon las ZUR y las ZID.


  • Las ZUR (Zonas de Urgente Reindustrialización), nacidas en 1983, tenían un período de vigencia de 18 meses, prorrogables otros 18. Se delimitaron seis (Galicia, Astucias, la zona del Nervión, Barcelona, Madrid y Cádiz). Podían solicitar su inclusión en una ZUR las empresas que realizasen la instalación, ampliación o traslado de fábricas a estas áreas, siempre que generasen nuevos puestos de trabajo y fuesen viables. A cambio recibirían incentivos fiscales y financieros, así como subvenciones por incorporar trabajadores de los fondos de promoción de empleo. 
  • Las ZID (Zonas Industrializadas en Declive) sustituyeron a las ZUR al aprobarse la nueva ley de incentivos regionales en 1985. Comprenden todas las áreas especialmente afectadas por la crisis y el ajuste industrial. La promoción se basa en subvenciones a la inversión, que incluyen también ahora a empresas de servicios. 
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