Hoy hemos visto en clase como en el ciclo demográfico antiguo el rasgo más significativo en cuando al crecimiento natural era su lento crecimiento dada la alta natalidad y la elevada mortalidad.
Es cierto que la población no va a dejar de crecer, pero lo hará a un ritmo muy lento. Sin embargo, este crecimiento, en general, positivo, pero lento, tenía momentos que hemos definido hoy como crisis demográficas en las cuales se produce una sobremortalidad que puede llegar a superar al altísimo número de nacimientos. Estas crisis demográficas, dependían indudablemente de la coyuntura económica de un determinado momento que a su vez podía estar motivado por una crisis de subsistencia, por las guerras, por las pandemias o crisis sanitarias y las emigraciones forzosas.
La natalidad era alta ya que el objetivo tenía que ser la supervivencia a la pareja de dos o más hijos. Recordad que los hijos iban a ser entendidos como una inversión, especialmente, en una sociedad agraria, tanto como trabajadores del campo desde la más tierna infancia como los aseguradores de los padres en la vejez. Debido a la alta mortalidad infantil para ello es necesario tener muchos hijos.
Algunos estudios han demostrado que, según el método de reconstrucción de familias que la fecundidad- a pesar de lo que parece- tendía a controlarse, y a reducirse, y que estaba muy lejos de los máximos biológicos, en contra de lo que pudiera pensarse. Entre estos mecanismos estaban el matrimonio tardío, con una edad de 25 años para la mujer, y una tasa de soltería definitiva muy alta, que, por ejemplo, en la España crítica del XVII pudo llegar hasta el 10% de la población.
La mortalidad indudablemente era también muy alta, sobre todo la mortalidad infantil, que llegó a suponer el 50% de todas las defunciones de un año. La mortalidad infantil en el sentido histórico engloba hasta los primeros siete años de vida. Lo cierto es que en estos tramos iniciales de edad había una altísima sobremortalidad. Una vez superadas estas edades se entraba en la mortalidad ordinaria que disminuía significativamente. Los altos índices de mortalidad vuelven a aparecer a partir de los 60 años.
Las razones de estas defunciones, además de las biológicas – en un momento en que la esperanza de vida ya era baja de por sí- eran alimenticias, sanitarias, epidémicas, las bélicas y las hambrunas.
En el Antiguo Régimen, también en el demográfico, la mortalidad catastrófica podía hacer reducir drásticamente la población. Por otra parte, este tipo de mortalidad solía incidir con más virulencia en las clases bajas de la sociedad, peor alimentadas y más propensas a las enfermedades contagiosas dado el hacinamiento en las viviendas, y el peor acceso a la infraestructura sanitaria.
Por ejemplo, en la España del siglo XVII la mortalidad infantil en el primer año de vida era 40 veces mayor que la actual. La esperanza de vida al nacer era de unos 25 años. En este siglo España se verá afectada por una crisis económica, a la que se suma una crisis demográfica por la expulsión de los moriscos o las múltiples muertes causadas por las guerras en el exterior (Guerra de los Treinta Años ) y en el interiores (independencia de Portugal y el levantamiento de Cataluña). Además, las guerras eran caras en dinero y hombres y suponían impuestos agobiantes y movilización. A esto se le suman las epidemias como las de la peste (1648) y otras como la de la viruela, el sarampión, las pulmonías (neumonías y bronconeumonías), la disentería y las fiebres tifoideas, que incidía especialmente en los niños y en los más adultos. Si en este desastroso contexto se le unen las malas cosechas (1676-86), que a su vez trajeron más enfermedades, en una sociedad en la que no predominaban las nulas medidas sanitarias y con una estructura inexistente como pocos médicos y muchos barberos el "cocktail" demográfico es , como mínimo, explosivo.
En la imagen inferior podéis ver la evolución de la población española desde el siglo I hasta el año 2010. Como podéis comprobar en cifras absolutas la población española apenas varió entre el siglo I y el año 1500. Entre este año y el inicio del siglo XVIII hubo un ligero incremento poblacional. Sin embargo, la tendencia es ya algo más creciente entre el año 1752 y el año 1900.
La cuestión que yo os presento es que me digáis, por un lado, cómo y por qué irá aumentando la población entre los años 150 años- más o menos- que separan estas dos fechas, y por otra, que busquéis información y me comentéis como van a reflejarse la natalidad y la mortalidad en España a lo largo del siglo XIX en España.
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