No es un ruego, sino el título de un libro firmado por Andreu Martín y publicado por Alfaguara. ¿Cuándo es la temporada de sardinas? Pues no lo sé. Pero es una buena introducción para reflejar lo que podemos encontrar en cualquier mercado de abastos de la ciudad. Yo creo que en cualquier época del año encontramos en las pescaderías sardinas, pero también boquerones, pijotas, pescadilla o bacaladillas, especies que tienen mucha salida en nuestro mercado. A estas se le suman otras con más o menos éxito o estacionalidad: la japuta (o palometa), los salmonetes, el besugo son también productos de alto consumo, aunque este último de mayor precio. Otras especies tienen todavía más éxito, entre todas, la merluza es la reina. Otras cedieron su trono, como el bacalao, aunque ahora aparece en los mercados en fresco o refrigerado procedentes de caladeros del Atlántico Norte. Encontramos igualmente especies vinculadas con las rocas, como el rape, y otros con el fondo marino cuyo representante más cualificado es el lenguado y sus variantes, gallo y fletán.
A estas especies se le han sumado otras que si están en todas las estaciones. Son los pescados de granja en los que destacan la dorada y la lubina, que se unen al rodaballo. De granja igualmente son algunos moluscos como el mejillón. De piscifactorías proceden igualmente especies de alto consumo como el salmón o la trucha, a la que se han unido desde hace unos años otras especies como son el mero - realmente fileteado es una variedad de perca - y la panga.
Entre los túnidos el atún es el rey, aunque en menor escala aparecen la caballa o la melva. Y entre los escualos, léase tiburones, encontramos el cazón, el pez de limón y, creo, el pez de espada. De los cefalópodos los calamares y el pulpo son muy asiduos en nuestros mercados. En los crustáceos, las gambas, el langostino, las cigalas, el bogavante, la langosta - ésta reconozcamoslo, sólo la vemos, pero no la compramos- que rondan los mayores precios y los más altos deseos de los compradores.
Como vemos muchos y muy variados son las proteínas procedentes del pescado que consumimos. Todas estas especies deben de responder a una talla y a una etiqueta identificativa en la que debe de constar, además de la talla, si se trata de un producto fresco o descongelado, en dónde y cuándo fue capturado, modo de presentación y otros muchos detalles que puedes consultar en este enlace.
Así que ya sabéis, si no comemos pescado es porque no queremos, pues variedad haberla, la hay.
Por cierto, mirad el enlace que he puesto y señalad lo que os parezca más atractivo o llamativo del mismo.
Pues sí , si no comemos pescado es porque no queremos y más aún después de haberme metido en el enlace que has señalado en el que lo que me ha gustado bastante , a parte de la información que nos dan sobre todas las partes del cuerpo , las recetas de cómo cocinar algunos pescados y de formas diferentes.
ResponderEliminarYa si que no hay escusas , nos facilitan las formas de comerlos.
Hola, soy MªÁngeles Muñoz.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este artículo.
Del enlace, lo que más me ha gustado han sido los trucos para saber cuando un pescado es fresco y cuando no y eso que dice que los mejores meses para comprar pescado son los que contienen la letra "R".
Desconocía la existencia de tantas recetas con pescado y gracias al enlace he descubierto algunas con muy buena pinta.
Cristina Estévez Domingo.
ResponderEliminarMe ha sorprendido de esa página los distintos nombres que recibe un pescadO.
En cuanto al artículo que tiene como título "No comas sardina fuera de temporada" señalar que me han contado que la sardina no es buena en los meses que contienen "r" pero creo que no es más que una leyenda popular.