Ya hemos visto en clase como los factores que influyen en la ubicación de las zonas industriales suelen estar determinados por la búsqueda del mayor beneficio posible. Eso no excluye la existencia de otro tipo de factores como puedan ser los históricos o los políticos. Pensemos en la historia de España del siglo XIX y veremos como unos u otros tienen una notable influencia.
Sin embargo, existen una serie de factores que condicionan y mucho el desarrollo industrial. Entre esos se encuentran la proximidad a las materias primas y a las fuentes de energía, la existencia de capitales para invertir, la disponibilidad de mano de obra, la proximidad a los mercados, las buenas comunicaciones y transportes, las decisiones políticas que incentivan las inversiones, y otros aspectos socioculturales e históricos que facilitan la instalación de industrias.
De cualquier manera hay autores que han planteado teorías sobre el por qué del éxito o el fracaso de la ubicación de una industria. El primero fue Von Thiunen y su teoría de "la distancia al mercado". Su idea se basa en la hipótesis de que el hombre intenta satisfacer sus necesidades económicas en el entorno inmediato, reduciendo sus desplazamientos al mínimo, algo que, por cierto, es muy sensato. La teoría se desarrolla suponiendo un espacio isotrópico (es decir, que posee las mismas características geográficas) y aislado, en el que el precio de los productos varía según aumenta la distancia al mercado. Este modelo teórico apareció estudiando el sector agrario, pero su aplicación en el sector industrial también ha sido útil. Valorando esta teoría se explicaría la expansión generalizada de la industria en las cercanías de los principales centros urbanos españoles.
La segunda apuesta teórica es la teoría de Weber y "la distancia al mercado y las materias primas". Weber considera la distancia como factor básico de la localización, pero en este caso introduce como otro elemento decisivo: no sólo importa la distancia al mercado, sino también la distancia al origen de las materias primas. La localización de las industrias siguiendo de estas premisas será la que minimice los costes de transporte tanto hacia el mercado como hacia los recursos.
La tercera apuesta es la de un viejo conocido por urbanismo, W. Christaller , y su "Teoría de los Lugares Centrales". Esta teoría se basa como las anteriores en un espacio isotrópico, en el que la localización empresarial (no solamente la industrial, sino también el sector terciario) se realizaría en el denominado lugar central, para abastecer a la mayor población posible, distribuida ésta por todo el territorio del entorno a ese lugar central. Esto podría explicar el peso industrial de las grandes áreas metropolitanas.
¿Con cuál de las tres teorías os quedáis? ¿Por qué? ¿Cuál sería aplicable a las tres Comunidades Autónomas más industrializadas de España: País Vasco, Madrid y Cataluña? ¿Cómo podríamos explicar el núcleo industrial de Zaragoza y el de Valladolid?
No hay comentarios:
Publicar un comentario