A veces un país es lo que transmite. La economía de España, al igual que su población, es la quinta más grande de la Unión Europea, y en términos absolutos en 2010 era la decimocuarta economía a nivel mundial.
Desde el final de la crisis de principios de los años 90 del siglo XX, la economía española tuvo más de una década expansiva de crecimiento sostenido. Sin embargo, desde 2008 la economía española ha sufrido decrecimiento dando paso a un largo período de recesión (2008-2012).
Para 2012, el gobierno de España calculó una contracción del PIB, con una fuerte disminución del gasto de las Administraciones Públicas y un decrecimiento del consumo privado, arrastrado por la reducción del empleo y de las rentas salariales y la inversión. Esto contrasta con el aumento de las exportaciones, en parte, debido a una fuerte reducción del mercado interno. Pero de cualquier manera, posiblemente el mayor problema a día de hoy en España es el de la caída de los ingresos del Estado, y , por lo tanto, la necesidad de acudir al exterior para hacer frente a los gastos del Estado. Pues bien, parte de esa financiación España la tiene que realizar en los mercados de deuda, eso sí, pagando por ella un alto interés.
Aquellos nacionales o extranjeros, que invierten en el mercado de deuda española lo primero que buscan es estabilidad. Si un país no es estable política y económicamente, no es rentable, pues no es de fiar. A mayor intranquilidad, mayor dificultad para colocar la deuda con la que se financian los gastos de un Estado, sobre todo cuando los ingresos en el mismo, se han reducido debido a la actual situación de crisis.
España, un mercado, tradicionalmente, considerado serio, un buen pagador de sus deudas, últimamente no está dando muestra de serenidad ni de formalidad. No es precisamente tranquilidad lo que transmite España.
Algunos acontecimientos cercanos en el tiempo que ha recogido la prensa internacional nos alejan de esa privilegiada posición que presentaba la economía española en 2010. Por ejemplo la prensa inglesa, el Financial Times, ha relatado durante el verano como se han producido asaltos a distintos establecimientos por parte de algún que otro político – que ha sido presentado como un nuevo Robin Hood- y sus mesiánicos seguidores. No, eso no da sensación de estabilidad.
Que la imagen de España para el dominical de un supuesto y prestigioso diario francés “Le Monde” de una tertuliana televisiva, nos es precisamente una imagen brillante de la sociedad española, más aún cuando la prensa la tilda como “princesa del pueblo”.
Una exposición fotográfica sobre la austeridad y el hambre en España realizado por un diario estadounidense, el New York Times, contribuye a trasladar a la opinión internacional una imagen tercermundista, que dista bastante de lo que realmente es, aunque las imágenes sean reales, por muy mal que estemos - que lo estamos- a día de hoy.
Que una parte del Estado español, se manifieste contra ese Estado tampoco tranquiliza mucho. Por último, el intento de rodear y tomar el Congreso de los Diputados por parte de un coordinadora el pasado 25 de septiembre y el posterior enfrentamiento con las fuerzas de seguridad de Estado no es precisamente una imagen alentadora.
No, la decimocuarta economía mundial no llega a transmitir la sensación de estabilidad, de cohesión, de unidad y lo que más le interesa a los que invierten en España, seriedad.
Es lamentable la imagen de España en el extranjero, pero al parecer eso es lo que vende, el ver a una persona pidiendo, pasar hambre o frio, o a alguien cometiendo un delito. Fuera no se ve los proyectos de nuestro pais, a una familia feliz por la llegada de otro miembro, etc. no se ve porque eso no vende, es decir no llama la atención, sin embargo los aspectos negativos si.
ResponderEliminar