Hoy se ha presentado la encuesta del CIS y, entre otros datos, muchos de ellos políticos que a nosotros no nos interesan lo más mínimo, el paro aparece -lógicamente- como la principal preocupación de los españoles. A esto se le suma que el lunes pasado fue presentada la Encuesta de Población Activa (EPA) es una investigación llevada a cabo por el INE de forma trimestral para obtener datos del mercado de trabajo. De dicha encuesta se deducen el porcentaje de personas activas, ocupadas y paradas (tasa de paro) que hay en España y en sus distintas Comunidades Autónomas.
Se entiende que una persona está activa si tiene 16 años o más y está trabajando o en disposición de hacerlo. Ocupados son aquellas personas, de al menos 16 años, que han trabajado durante la semana anterior a la encuesta al menos una hora y han recibido una retribución por ello. Se incluyen en este apartado también los que se han ausentado dicha semana por enfermedad, vacaciones, etc.
Se considera parados, a aquellas personas de 16 o más años que están sin trabajo, disponibles para trabajar y buscando empleo activamente; mientras que los inactivos, son todas aquellas personas de 16 o más años que no pertenecen a ninguna de las categorías anteriores.
Según la EPA presentada hace unos días el número de españoles y españolas que están en paro para la EPA era de 25,8% en diciembre de este pasado año, una cifra algo inferior a la presentada en diciembre del pasado año que alcanzaba el 26,2%. El paro era ligeramente inferior en varones (25,0%) que en mujeres (26,7%). Lo más llamativo de estos datos de esta última EPA es que el paro se está cebando en aquellos jóvenes que busca su primer empleo y que se mueven entre los 16 y los 25 años, alcanzado un porcentaje de 54,3%.
De hecho en enero, se destruyeron 184.031 puestos de trabajo, a una media de 6.000 diarios, y aumentando el paro en 113.097 personas, casi 3.700 cada día. De todas formas este dato del aumento de paro en el mes de enero es lo habitual tras finalizar las contrataciones de Navidad. Ello significa que el mercado laboral sigue moviéndose, arriba o abajo, por la estacionalidad.
En cuanto a sectores la ocupación cayó en todos los sectores productivos, menos en la agricultura, y en todas las actividades. En particular, cayó en el comercio, por el fin de la campaña navideña y pese a la de rebajas; en la hostelería; las actividades administrativas; la construcción; y la industria manufacturera, ahora de manos cruzadas ante la falta de pedidos.
Aunque lo que llama la atención es el poco empleo que se ha creado a pesar de los primeros datos en positivo del crecimiento económico.
No siempre ha sido así. En la crisis de 1991, por ejemplo, España tardó, 23 trimestres en recuperar los niveles de empleo previos al inicio de la caída.
En la de 1976, nada menos que 53 trimestres.
El momento histórico con mayor nivel de empleo en España se dio en la segunda mitad del año 2007. En ese momento, por ejemplo, es millones de trabajadores en el sector inmobiliario. Eran tiempos en los que se construían 700.000 viviendas al año en España. Y eso no lo volveremos a ver nunca. Lo grave es que gran parte de los que perdieron sus puestos de trabajo en este sector son cientos de miles de personas que abandonaron sus estudios por el dinero fácil de la construcción y ahora se encuentran sin trabajo y sin cualificación profesional. Y es gente de entre 30 y 50 años.
Otro granero importante de empleos en España es el turismo, la primera gran industria del país. El año pasado España vivió el mejor ejercicio turístico de su historia, con la llegada de 58 millones de extranjeros, que dejaron unos ingresos en las empresas de 55.777 millones de euros. Pues bien, en ese año récord, el sector apenas creció en creación de empleo.
Por ejemplo, según la EPA, la hostelería -alojamientos y restaurantes- cerró el ejercicio 2013 con 1,31 millones de ocupados, sólo 111.000 más que un año antes.
En aquel tercer trimestre de 2007, la tasa de paro en España se situaba en el 8,03%, según la EPA. Hoy la tenemos en un insoportable 26%.
Lo cierto es que por la idiosincrasia española, un 10% de paro se puede considerar estructural, entre otras razones por el alto volumen de la economía sumergida y donde uno de cuatro negocios en España se encuentra en esa economía- no olvidemos que la cuarta parte del PIB español procede de la economía sumergida, economía que ha crecido en parte por el paro, la corrupción y los elevados impuestos-.
Ante todo la reforma laboral y un cierto crecimiento de la economía debe estimular la creación de empleo, ya sean contratos con temporales o indefinidos, a tiempo parcial o de jornada completa. Y a medio y largo plazo, es imprescindible darle la vuelta al sistema productivo de este país, empezando por la enseñanza.
Lo peor es ver los datos por Comunidades Autónomas en donde Andalucía, Canarias y Extremadura, junto con Ceuta y Melilla, encabezan el ranking del paro en España superando el 30 % de parados. En algo somos los primeros, en este caso tristemente.
Intenta explicar las razones que marcan las diferencias entre las tasas de paro en Andalucía, que duplican a las existentes en el País Vasco y Navarra. ¿Por qué la tasa de empleo femenino es mayor en Baleares, Cataluña, Canarias y Galicia a diferencia que en el resto de comunidades? ¿Por qué apenas hay diferencias entre el número de parados entre hombres y mujeres en el País Vasco a diferencia del resto de comunidades que suelen estar por encima entre el 2% y el 6%? En el artículo se habla de la economía sumergida, ¿qué razones hacen que en España esté en niveles tan elevados?
Nota: Podéis comentar otras entradas presentadas en años anteriores - aunque en ellas los datos ya estarán modificados. Entre estas entradas se encuentran: La historia de un drama: el paro en España (2012); Paro: el drama que no cesa(2013); Sobre la tragedia y la comedia en España (2012).
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