En esta etapa las nuevas circunstancias internacionales imponen otro tipo distinto de industrias. Estas circunstancias son la globalización y la integración de España en la UE que elimina los aranceles interiores, las ayudas masivas a las empresas y los monopolios.
La globalización ha hecho que aparezcan nuevas inversiones extranjeras a través de las multinacionales, pero también que emigren industrias hacia los países con mano de obra más barata, fenómeno conocido con el nombre de deslocalización. Un ejemplo, ha sido la reubicación de la empresa Samsung que cerró su fábrica de Barcelona para instalarse en Eslovaquia.
La deslocalización: Se buscan menores costes laborales pero también mejores condiciones fiscales y logísticas -la búsqueda de mayor competitividad- son el escaparate y las principales razones por las que las empresas se van ahora a países emergentes del Magreb, Europa del Este, y a China. Fueron los mismos argumentos que motivaron su llegada a España hace más de dos décadas.
De ahí que la deslocalización afecte a sectores muy diversos del tejido industrial español, aunque el textil y los componentes de automóvil se llevan la peor parte.
En España se pueden distinguir actualmente dos modelos de industrias: las industrias tradicionales maduras con procesos de reconversión y las nuevas industrias con nuevas actividades que se aproximan al sector terciario.
En esta nueva etapa se exige que aumente la productividad, mejore la tecnología y las inversiones y que los trabajadores estén mejor formados.
Aunque la reestructuración industrial no ha terminado y la crisis sigue afectando a muchos sectores maduros, puede decirse que, tras ella, se abre una nueva fase marcada por los cambios que ha supuesto la tercera revolución industrial. Esta se basa en la innovación (aplicación de los nuevos conocimientos proporcionados por la investigación a la mejora de los procesos productivos, a la obtención de nuevos productos o a la mejora de la gestión) y en las tecnologías de la información (informática y telecomunicaciones), cuya materia prima inagotable es la microelectrónica.
El fomento del desarrollo industrial armónico en el conjunto del país, y en particular, el de las regiones con especial situación de desempleo industrial y problemas de deslocalización o desinversión, promoviendo en ellas actuaciones de reindustrialización.
En 2006 se publicó una convocatoria general de Ayudas para reindustrialización, así como varias convocatorias específicas destinadas a zonas afectadas por procesos de deslocalización de los sectores textil, confección, calzado, juguete y mueble y a las comarcas de Campo de Gibraltar, El Ferrol, margen izquierda del Nervión y provincias de Soria, Teruel y Jaén.
Pero con los cambios internacionales - globalización (incluida la deslocalización) y ampliación de la UE, el tejido industrial español está perdiendo peso y está siendo sustituido por el protagonismo de dos grandes actividades: el turismo y la construcción.
La nueva estrategia de desarrollo industrial española trata de incidir en la productividad total de los factores mediante actuaciones relacionadas con sus principales variables determinantes como son la dotación de infraestructuras, la calidad del capital humano, la inversión en I+D+i y el entorno competitivo de los mercados de bienes y de trabajo.
"¿Qué medidas está tomando la Unión Europea para evitar la deslocalización de las empresas comunitarias en Asia u otras regiones, que están quitando puestos de trabajo a los europeos que necesitan en estos momentos mantener a sus familias?", pregunta André, desde Alemania.
Viviane de Beaufort, profesora y codirectora del Centro Europeo de Derecho y Economia ( ESSEC ):
"¿Qué entendemos por deslocalización?. Porque hay bastantes ideas preconcebidas en Francia y en el sur de Europa. Cuando el grupo francés Lafarge crea una fábrica para producir cemento para la construcción de edificios en la India, no es una deslocalización. Se trata de un despliegue de su actividad, de crecimiento, y eso no quita nada a Europa ni a Francia.
Sin embargo, cuando Renault decidió, por razones económicas, trasladarse al este, sí efectivamente hay un riesgo de deslocalización que implica una pérdida de la producción, una pérdida del volumen de negocio, una pérdida fiscal y también un problema de empleo.
¿Pero cómo podemos evitar que una empresa quiera, dentro de la competencia mundial, que es cada vez más fuerte, deslocalizar sus actividades?. ¿Qué hace Europa?
Bueno, pues no ha hecho mucho por la sencilla razón de que no está autorizada para hacer muchas cosas.
La política industrial, la política de educación superior, la política en materia de investigación y desarrollo son políticas que se han quedado en manos de los Estados miembros.
La cuestión es saber cuáles son los sectores del futuro. No vale la pena intentar retener sectores de actividades de bajo coste y donde no vamos a ser nunca competitivos porque no jugamos con las mismas reglas.
Europa tiene muy buenas ventajas en términos de estabilidad política, marco jurídico, normas y población educada.
Y es en ese campo donde debemos apostar: la biotecnología, las altas tecnologías que aportan valor añadido y hay que dejar los otros sectores. Así que siempre es un proceso doloroso, sobre todo cuando no estaba previsto, es responsabilidad de nuestos gobiernos hacer eso y hay que articularlo a nivel europeo ya que será más fácil en esos casos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario